jueves, 1 de diciembre de 2011

Nadar: elevando la fotografía a la altura del arte (I)


Aunque seguramente mi trabajo comparta título con un tropel de folletines y de entradas de blogs, es inevitable admirar la premonitoria pericia que tuvo Honoré Daumier cuando realizó esa litografía. Aunque el Gigante, el gran globo de Nadar poco tuviera que ver con el de la caricatura, Gaspard-Felix Tournachon, Nadar consiguió elevarse por encima de las decenas y decenas de estudios fotográficos de París. No solo realizó las primeras fotografías aéreas, las primeras fotografías con iluminación artificial, las primeras fotografías eróticas o el primer reportaje fotográfico, sino que retrató con minuciosidad una compleja sociedad de vital comprensión para cualquier historiador, historiador del arte, filósofo, teórico político, o incluso, amante de las artes escénicas.

Nadar elevando la fotografía a la altura del Arte (1869), por Honoré Daumier


Pero como la historia ha demostrado, Daumier también acertó en que, a partir de Nadar, la fotografía iba alcanzar nuevos límites, y podría incorporarse, por fin, al campo de estudio artístico. Este esfuerzo que comenzó con Nadar, se vería continuado durante los siguientes siglos XIX y XX, y hoy en día, la fotografía es una de las disciplinas artísticas más reconocidas, libre de los elitismos que sufren muchas otras.

¿Por qué elegí a Nadar? Tournachon es uno de los grandes hombres de la historia de la fotografía, pero no es ni mucho menos el único. Además del abundante y fácilmente accesible material, elegí un fotógrafo francés por dos razones: Francia fue la cuna de la fotografía, así como el lugar natal de la gran mayoría de movimientos artísticos importantes del siglo XIX. Aunque en esta primera criba tuve que prescindir de los Pictorialistas Americanos, y de figuras como William Fox Talbot, Lewis Caroll, Oscar Reijlander o Julia Margaret Cameron, mucho más difícil fue decidirme entre Niépce, Daguerre, Le Gray, Disdéri y Nadar.

Niépce inventó la fotografía, sí, pero utilizó un sistema (la heliografía) que pronto resultó caduco, todo lo contrario que Louis Daguerre, cuya invención del daguerrotipo le confirió una gloria que sus fotografías nunca llegaron a alcanzar. Gustave Le Gray realizó propuestas interesantes, pero quedó brutalmente eclipsado por Disdéri y Nadar. La figura de Adolphe Disdéri resultaba particularmente interesante: fotógrafo oficial de Francia, teórico fotográfico y dueño del estudio más grande y productivo de París.

¿Qué encontré en Nadar que no tuviera el anterior? Nunca alcanzó un cargo oficial, ni escribió tratado alguno y estuvo muchas veces al borde de la quiebra. Sin embargo, su eficaz sencillez compositiva, sus múltiples invenciones y descubrimientos, su honradez y realismo fotográfico, y, sobre todo, su relación con la bohemia parisina, hicieron que la figura de Gaspard-Felix Tournachon resultara altamente irresistible.

En este trabajo, que no es de carácter técnico (y pido disculpas anticipadas por mis posibles errores), pretendo, como futura historiadora del arte, investigar y situar al lector sobre la vida y obra de este ilustre personaje, así como la apasionante sociedad en la que trabajó y sus aportaciones a un campo a menudo infravalorado. “Quand même!”, como solía decir él mismo.

Autorretratos girando (c. 1865), Nadar





Esta es otra serie de artículos, adaptados de un trabajo de 2º de Carrera, cuando poco sabía de Sociedad y apenas nada de Fotografía. Pero creo que nunca recibió ni la atención ni la calificación que merecía, así que aquí lo pongo a disposición de a quién le pueda interesar, porque hay pocas páginas consistentes en español. Gracias por leer.

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