martes, 22 de mayo de 2012

El escándalo de Evelyn Nesbit (I)

La historia de Evelyn Nesbit es, cuanto menos llamativa. La chica Gibson por excelencia tuvo una vida agitada, y no para bien: en la hipócrita Nueva York de la Belle Epoque, sus escándalos sexuales y relación con un importante asesinato la hicieron portada de todos los papeles.

Evelyn nació en 1884 en un pequeño pueblo de Pennsylvania, junto a Pittsburgh, hija de un abogado de oficio. Cuando tenía 9 años, el padre murió, dejando a la madre y a los hijos endeudados y sin ingresos. Y como era habitual en aquella época, la madre no dudó en sacar provecho de la inusual belleza de su hija alcanzó al convertirse en adolescente: la niña comenzó a hacer de modelo para artistas locales, como John Storm.
Posiblemente, su peor foto conocida.
Cuando cumplió 16 años, la familia se mudó a una pequeña habitación en Nueva York y faltos de recursos, Evelyn volvió a hacer de modelo, pero esta vez, a lo grande: el impresionista James Caroll Beckwith, el pictorialista Rudolf Eickemeyer Jr., la indescriptible Gertrude Käsebier... Les dejo una selección de fotos:








Por Rudolf Eyckemeyer Jr.
C. 1900, por Kasebier

La sensual, aunque virginal belleza de la joven de cabellos caobas respondía a la perfección con el ideal de la época (1901) y no tardó en ser conocida: llegó a los oídos de Charles Dana Gibson, que ya era uno de los dibujantes más reputados y valorados. La dibujó en una de sus ilustraciones más célebres "La eterna duda", con lo que pasó al imaginario popular como un prototipo de las nuevas y sensancionales, a la par que sensuales, chicas Gibson.
La eterna duda, de Charles Dana Gibson.
Y así, conforme la fotografía iba dejando de ser o arte o una curiosidad morbosa (porque a esto era a lo que se dedicaban la mayoría de modelos fotográfícas, a ciertas formas de pornografía) e irrumpía en las portadas de las más selectas publicaciones, Evelyn cada vez se iba haciendo más famosa: llegó a realizar una sesión al día (posiblemente, fue la única que llegó a tal extremo), cobrando lo que hoy serían unos 200 euros por cada una. Nada mal para una recién llegada.

La popularidad como modelo le abrió las puerta del espectáculo, de aquel Broadway que se estaba transformando de las Savoy Operas a lo que luego serían los grandes musicales y las Ziegfield Follies. Y como icónico precedente, en 1901 había precisamente un espectáculo de moda, que ya había arrasado en Londres y que lo estaba haciendo en Nueva York: Florodora. La mezcla entre comedia británica y tropical protagonizado por un sexteto de bellezas (que además, enseñaban más carne de lo habitual) la convertía en un éxito inmediato. Evidentemente, no tenemos videos sonoros del momento, pero en 1930 se hizo una versión cinematográfica sonora. Aquí les pongo uno de los mayores hits edwardianos, no lo menosprecien.

El sexteto original.
Como ven, el epítome de las Gibson Girls: curvas encorsetadas de la cadera al sombrero (moño incluído), revestidas de astucia y falsa pero adecuada decencia. Justo lo que era Evelyn, y de eso de dieron cuenta los productores, que le dieron un pequeño papel: en muy poco tiempo, Nesbit, de 16 años, llegó a pertenecer el sexteto protagonista. Como era habitual centenares de admiradores y canallas, pero sobre todo, caballeros millonarios, esperaban a la estrella a la salida del teatro para proponerle desde matrimonio hasta cosas muchos más indecentes. Y aquí es cuando nuestra protagonista comienza a descender a los infiernos...

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