martes, 15 de febrero de 2011

Megalomania I: Giorgio de Chirico

Antes de empezar esta serie, me gusta decír que adoro la megalomanía en los artistas (en los de verdad, los que no llevan h): me parece algo intrísenco sin lo cual seguramente no habríamos podido disfrutar de sus obras (ni yo tendría trabajo ni estudio; en el mejor de los casos estudiaría iconos realizados sin la mano del hombre). Pero eso no quita que muchos artistas me provoquen una hilaridad, más o menos naïf (que no ingenua), o que piense que son gilipollas.

Es el caso de Giorgio de Chirico, pintor genial que moría por la boca. Griego cuando le convenía (para ser más clásico y atemporal que nadie), aunque otras veces quería y juraba ser italiano y de noble ascendencia (cuando crece en el Imperio Otomano, de de madre italia y padre griego pero de familia croata), y realmente de formación artística alemana (estudia Bellas Artes en Munich).
¡Mirenlo qué guapo, ya convertido en una estatua griega (por Max Ernst)!
Tipo listo y con dinero, no duda en demostrar su conocimiento a amigos suyos, como Peter Grazst, compañero en la Academia, a quien en 1910 escribe esta bellísima carta:


" (...) Lo que he creado en Italia no es grande o profundo (en el viejo sentido de la palabra), sino terrible. Este verano he pintado cuadros que son los más profundos que en general existen. Debo explicarle las cosas un poco, porque seguramente, desde que usted está en el mundo nadie le había dicho una cosa así.
Antes de todo, ¿sabe usted, por ejemplo, cómo se llama el pintor más profundo que ha pintado en este mundo? Probablemente usted no tenga una precisa opinión sobre esto. Se lo diré yo, se llama Arnold Böcklin, es el único hombre que ha pintado cuadros profundos.
¿Y sabe usted como se llama el poeta más profundo? Probablemente, usted me hablará rápidamente de Dante, de Goethe y de otra gente. Están todos malinterpretados – el poeta más profundo se llama Friedrich Nietzche.
Cuando le decía a usted que mis cuadros son profundos, habrá pensado, seguramente, en enormes composiciones de gente desnuda esforzándose por superar algo, así como los pintó el artista más estúpido: Miguel Ángel.
Adán, esforzándose en hacer algo (¡y no poco!)
No, querido amigo, son cosas completamente diferentes. La profundidad, tal como yo la entiendo, y tal como la entendió Nietzche, se encuentra en todos los sitios en los que no se ha buscado hasta ahora. Mis cuadros son pequeños, pero cada uno es un enigma, cada uno contiene una poesía, una atmósfera, una promesa que usted no podrá encontrar en ningún otro cuadro.
Es una terrible alegría para mí el haberlos pintado. Cuando los exponga, será una revelación para el mundo entero, cosa que sucederá verosímilmente en Munich esta primavera.
Además, estudio mucho, sobre todo literatura y filosofia, y tengo la intención, más tarde, de escribir libros (ahora, quiero decirle una cosa al oído: soy el único hombre que ha entendido a Nietzche, todas mis obras lo demuestran) (...)".

El enigma del día (1914), cuadro que lleva horroridánzome meses,
 con un Cavour que no es Cavour, y una plaza turinesa que realmente estaba en Munich.

Indudablemente era un tipo listo: ¡era el único que había entendido a Nietzche! No fue una revelación para el mundo (aunque le diera una en la plaza de Santa Croce: curioso como a Stendhal le dió un desmayo dentro, y a los erasmus españoles cualquier día les dará un coma etílico) : no sería hasta varios años más tarde cuando Picasso y Apollinaire lo encontraran y lo juzgaran válido aunque extraño (qué narices hacía un tipo pintando columnas en su cubista París). Breton, y los Surrealistas, tardarían unos cuantos más en encumbrarlo. Pero no, él no era surrealista: nadie lo entendía, él era simplemente profundo.

1 comentario:

  1. Hoy en dia se le ve como un tipo listo, pero en realidad seguro que no pasaba de moderno del Bar Bacharach xD

    ResponderEliminar